El sol, la lluvia, los cambios de temperaturas y las flores tan típicas de la primavera no vienen solas, los acompaña, cogido de la mano, el famoso cambio de hora. Ese pequeño vuelco que da el reloj una vez en otoño y otra en primavera, que trastoca así durante unos días nuestras rutinas. La tecnología de los móviles y ordenadores, nos han liberado en muchos aspectos de estar cambiando la hora de manera manual, pero aún así, hay muchos otros cambios de los que igual no nos hemos percatado.
El cambio de hora puede perturbar los hábitos de sueño de algunas personas. Nuestro ritmo circadiano se altera, y puede producir una serie de efectos negativos. Para empezar a explicar este fenómeno, nuestro cerebro está continuamente adaptándose a la evolución de la luz solar, de manera progresiva. En palabras más sencillas, nuestro sueño se rige por los ciclos lumínicos y no por la hora establecida. Pues bien, con los cambios de hora, confundimos y alteramos este proceso, lo que puede acarrear algunos problemas. Para las personas que padecen insomnio o simplemente tienen problemas para dormir, ven como la dificultad que tienen normalmente se agrava con la modificación horaria. La explicación más científica, es que, al reducir las horas de luz natural, se segrega más melatonina, la hormona encargada de marcar los ciclos de sueño.
Lo cierto es que los problemas relacionados con dormir son los que más se relacionan al cambio de hora, pero no son los únicos. Otro es por ejemplo la ansiedad o la a depresión. El cambio de otoño afecta negativamente a aquellas personas propensas a sufrir depresión, mientras que el de primavera es más perjudicial para aquellas personas tendenciosas a la ansiedad. También para cualquier persona que tenga afectado su estado de ánimo, este cambio estacional y de horario se verá afectado. Para explicar este suceso, debemos meter en juego otra hormona, en este caso la serotonina. Son cada vez más los estudios que prueban que esta, encargada de regular los estados de ánimo, se ve afectada por los cambios lumínicos.
En líneas generales, son los niños pequeños y las personas mayores quienes sufren más estos cambios, debido a que sus organismos están menos preparados para estas modificaciones. Pero todos estamos expuestos a que estos pequeños cambios nos pueden afectar de alguna manera, sea estando más irritantes, cansados o de bajo ánimo. Si algo sacamos en claro es que todo ser humano, necesita un periodo de adaptación ante cualquier cambio, aunque sea simplemente sumar o restar una hora. Es importante tomarse en serio todos estos factores, ya que como vemos pueden producir consecuencias perjudiciales para cualquier sujeto. Se han dado incluso casos, extremos esos sí, donde el paciente ha visto como la ansiedad, la depresión o el insomnio se les ha desarrollado a partir de una variación horaria.
En el caso de que en su caso esté sufriendo consecuencias de este estilo, a cualquier escala, debido al cambio horario, no dude en pedir ayuda a profesionales. En el Centro de Psicología Hemisferios somos especialistas en tratar la ansiedad y otros problemas relacionados. Si quiere informarse de cualquiera de nuestras terapias, contacte con nosotros o visite nuestras instalaciones en Chamberí.