Vivimos en una sociedad en la que nos inculcan buscar el bienestar y la alegría cada vez más. Este auge de buscar la felicidad constantemente habría que matizarlo. No digo que sea inútil buscar el bienestar o intentar ser menos infeliz, pero creo que buscar desesperadamente la felicidad nos hace infelices. Esa obsesión por la alegría, nos quita la energía y la capacidad de disfrute y, sobre todo, estresa.
Conoce a Nuestros Profesionales
En lugar de buscar la felicidad a toda costa, habría que reubicar la felicidad en una dimensión menos angustiante y dar un peso más grande a nuestra propia existencia. Si definimos la felicidad como una evaluación positiva y global que realiza una persona sobre su calidad de vida, se mezclan aspectos hereditarios, circunstancias de la vida cotidiana y aspectos personales.
Los estudios dicen que estos tres factores tienen un porcentaje en su influencia con la felicidad:
– Factor hereditario o genético, un 40-50% , es la predisposición natural de cada uno de sentirse triste o alegre. Desde la infancia, hay gente que está más predispuesta a una valor u otro. Aunque desde mi experiencia como psicóloga ese porcentaje puede moverse y hay que tomarlo con pinzas. Sí, cargas con tus genes, pero sabemos que no siempre determinan tú conducta.
– Factor ambiental, un 15% dice que determina la felicidad. Hay que aclarar que no somos pasivos ante los eventos negativos, hay personas que se crecen y otras que se hunden ante ellos. Su peso es indudable pero hay un dato importante y es que la relaciones interpersonales agradables influyen en la felicidad.
– Factor personal, 40%, es lo que depende de tí, lo que tú puedes hacer o deshacer, lo que está bajo tu control, pensamientos, acciones y emociones. Son nuestros valores, ilusiones, sueños, metas,… Desde mi práctica clínica, este es el factor más importante y que tiene mayor porcentaje. He visto personas con factores genéticos y ambientales muy muy negativos y han podido modificar su estructura y lograr tener una calidad de vida y felicidad envidiable.
Lo mental y lo cognitivo, pueden tener efectos muy poderosos que nos ayudan a tener una vida de bienestar aún en circunstancias muy adversas. Así que no busquemos tanto la felicidad absoluta sino intentemos dirigir y construir nuestra propia vida por encima de la genética o de las crisis sociales. “ Si logras pensar bien, te sentirás bien”
¿ Te atreves a desaprender para aprender?