Los periodos vacacionales son muy esperados por todas aquellas personas que pueden aprovechar los días libres para desconectar del trabajo y de la rutina del día a día. Las vacaciones pueden estar definidas por viajes, vueltas a la casa familiar…Sea lo que sea que se haga durante estos días de descanso, suele existir una desconexión con la rutina que tenemos establecida durante el día a día y se pierden ciertos hábitos.
Uno de los hábitos es el de tener un control para las comidas. Especialmente cuando viajamos en vacaciones, nuestros horarios de comida habitual se descompensan y también cambia nuestra alimentación ya que ingerimos otros alimentos que no hacemos durante el día a día en casa o de manera habitual.
Es por esto por lo que muchas personas, con la vuelta de las vacaciones y a la vida cotidiana, suelen enfrentarse a momentos de ansiedad. Cuando se produce un cambio en la alimentación y se descompensan los hábitos frecuentes, nuestro cuerpo puede experimentar cambios a nivel físico: subir de peso, desajustes hormonales…Esto hace que percibamos nuestro físico de una manera negativa, lo que será inevitable que afecte también a nuestra salud emocional y a cómo nos sentimos con nosotros mismos y nuestro cuerpo.
¿Cómo gestionar las emociones que nos generan los cambios en nuestro cuerpo?
De manera general, suele ocurrir que los pacientes que han experimentado un cambio físico después de las semanas de vacaciones, terminan sintiéndose culpables. Cuando el cuerpo cambia, nuestra mente empieza a pensar en todas las cosas que hemos hecho mal o los alimentos que deberíamos haber evitado.
Esto hace llegar al punto de que la única solución para sentirnos mejor y poder cambiar de nuevo nuestro físico es hacer una dieta. Incluso, algunas personas tienden a creer que necesitan “compensar” todos los excesos de las vacaciones, por lo que tienen que restringir de manera estricta su alimentación y los ingredientes que utilizan para preparar la comida.
Las dietas, a su vez, producen ansiedad y también tristeza en el paciente que las lleva a cabo. No son un proceso lineal, por lo que las subidas y bajadas emocionales serán muy frecuentes.
Por eso, es importante tener en cuenta ciertos factores que ayuden a que nos sintamos mejor a nivel emocional cuando nos exponemos al seguimiento de algún método para equilibrar nuestro peso, ya sea con el seguimiento de una dieta o con la realización de alguna práctica deportiva.
Cambiar hábitos de manera progresiva
Una de las principales causas del aumento de peso después de vacaciones se debe a la pérdida de nuestros hábitos del día a día. Debemos tener en cuenta que los hábitos no se implementan en la vida de uno de un día para otro. Los hábitos se van haciendo poco a poco, con el seguimiento de pequeños pasos que aseguren un avance. Lo importante es no sentirnos culpables por haber perdido un día la perspectiva de un hábito, no quiere decir que todo se haya echado a perder. Por otro lado, los hábitos deben ser progresivos y escalables. Por ejemplo, si queremos implementar un estilo de vida sano, no podemos pretender de la noche a la mañana comer solo verduras y hacer deporte todos los días. Tiene que ir poco a poco, permitiendo que nuestro cuerpo y nuestra mente se adapten a los cambios.
No culparnos si se cometen “fallos” en el proceso
Como se ha citado anteriormente, la construcción de hábitos y cambios en el estilo de vida no es un proceso lineal. Sin embargo, no debemos culparnos si un día salimos a comer fuera con amigos y comemos cosas que nos apetecen y no entran dentro de nuestra dieta. No es correcto pensar que por haber saltado un día se ha perdido todo el proceso y el esfuerzo conseguido. Ni tampoco es correcto pensar que debemos compensarlo al día siguiente. Simplemente, tenemos que disfrutar del momento presente con amigos o familiares y al día siguiente, retomar el día a día con normalidad.
No renunciar a nuestra vida social
Cuando se implementa un nuevo hábito relacionado con un estilo de vida, dejar de salir y renunciar a planes sociales no ayudará. Es importante establecer un balance y no permitir que nos cause un malestar emocional en nuestro día a día, ya que la vida social también es necesaria y fundamental para nuestro crecimiento y nuestro bienestar personales.
Es fundamental trabajar también en la salud mental para conseguir un cambio de hábito en nuestro día a día. En Psicología Hemisferios podemos ayudarte con los síntomas ansiosos que producen estos cambios. Si quieres saber más sobre nosotras, ponte en contacto. Estaremos encantadas de atenderte y ayudarte.